Un 25 de enero de 1931, el Laureles F.C.
realizaba su Asamblea anual de asociados. Y en aquella oportunidad, se aprobó la compra
del terreno donde actualmente se ubica nuestra sede social, en la calle 25 de
Agosto entre Rincón y Haedo. La idea de tener una sede propia ya venía
inquietando hace años a los directivos de entonces, y como consta por ejemplo en
las actas del año 1927, se mociona para la compra de un terreno para construir
una sede social. Desde su fundación los raneros se reunían
inicialmente en la casa de los fundadores, luego en el domicilio de los
Presidentes o de los Secretarios. Más adelante, por la necesidad de dejar
instalado en forma más permanente el mobiliario propio que se tenía
(escritorio, sillas, máquina de escribir, trofeos), se alquilaban locales para
las reuniones semanales y depósito de tales bienes, y se solicitaban locales
prestados para las Asambleas. Pero siempre el lugar era en el “Pueblo
Nuevo”, siempre en el barrio. El barrio y el club crecieron y evolucionaron juntos. Las
diferentes sedes En la esquina de 25 de Agosto e Italia, en
una pieza que cedía Doña Micaela Repiccio a sus hijos, los Gonzalez, fue donde
se fundó el Laureles F.C. En esa esquina surgió a principios de siglo el
club, y era el centro del barrio. Con los Gonzalez, los Di Pascua, los Vittori,
los Mazzilli, los Anzorena, los San Martín, los Giovio, los Fiorelli, los De
Giobbi, los Fagundez, los Coccinello, los Zabaleta, los Fracuelli, los Pini, los Irigoyen, los Roverano, los Montenegro, y otros tantos
viviendo en torno a esa esquina. Con un lugar obligado de reunión también en
ese lugar: el bar de Vittori. Luego
la esquina de Brasil e Inglaterra también fue lugar de reuniones y Asambleas, donde
estaba el comercio de Iglesias, de Gomez y Giles, luego de Cordatti y
Crottogini. Esquina que hacía cruz con la que era la cancha de Laureles, donde
luego tuvo su boliche el recordado Paganucci. En esa zona vivían
otras familias de linaje ranero, como los Zabaleta y los Doyenart. En la casa de los Brescia, en Treinta y Tres
casi Inglaterra, se realizaron las reuniones de la Comisión Directiva durante
todo el año 1917. La confitería de Garmendia, en la esquina de
las hoy calles Treinta y Tres y Zorrilla (actual sede del Partido Nacional),
también fue lugar de reuniones. La escuela N° 27, Bialade, en Brasil casi
España, fue varias veces el sitio donde se realizaron las Asambleas de asociados
del club. Más adelante se alquilaba una pieza a Francisca
Anzorena de San Martín (Doña “Pancha”, la partera del barrio), volviendo así a
Italia y 25 de Agosto. El bar de Calleri – Mazzilli, con “Canunga” y
el “Beco”, fue durante años también la sede del club, una cuadra más arriba, en
la esquina de España y 25 de Agosto. Y al lado estaba La Enramada, donde
también se realizaron varias conmemoraciones y reuniones de asociados. Y en los últimos años antes de instalarse en
la sede propia, se alquilaba una pieza al Sr. Balestrino, también en esa
esquina de España y 25 de Agosto. Esos son sólo algunos de los lugares donde “vivió”
Laureles, antes de tener su “casa” propia. Si miramos el mapa con la ubicación de los
más de 15 sitios diferentes donde sesionó la Comisión Directiva de Laureles,
apreciaremos también los límites del barrio, del Pueblo Nuevo. Más allá o más
acá, pero siempre en el barrio. La sede
propia La sede tenía que estar en el barrio. Se realizaron averiguaciones, tratativas, y
se tomó la decisión por un solar que daba a calle 25 de Agosto, a pocos metros
de calle Rincón. Un terreno de 922 metros cuadrados, con un
frente de 21 metros a calle 25 de Agosto, que en definitiva se adquirió a la
Sucesión Vizcay por la suma de $ 1.300. Que además se pagó al contado, sin
necesidad de endeudamiento, gracias a los ahorros generados por las ganancias
de las kermeses anuales, los que se mantenían depositados en “La Cooperativa”. Como el Laureles F.C. no tenía aún personería
jurídica, la compra se escrituró a nombre de Don Tomás González, Presidente en
ejercicio, fundador del club, que además había sido nombrado Presidente
Honorario del club unos años antes. La firma se realzó con un bolígrafo de oro,
que había ganado Laureles el año anterior, en un partido contra 18 de Julio, en
el marco de las actividades conmemorativas del Centenario de la República en
1930. En la adquisición tuvo destacada
participación el Sr. Cayetano Benvenutto. Luego de la compra, se fueron haciendo
sucesivas mejoras y construcciones sobre el terreno. A la pista, que en
principio era de tosca, fue totalmente hormigonada, en épocas en que el
hormigón empezaba a cubrir las calles de Fray Bentos. Cuentan que se obtuvo
parte de este material de parte de la empresa que hacía el hormigonado de las
calles, que accedió a donar el sobrante diario. La pista ya estaba entonces pronta para los
bailes de verano. Más adelante se darían los primeros pasos
para la construcción de la sede social. El 25 de junio de 1942 la Directiva
resuelve, por ejemplo, la construcción de la secretaría, galpones depósitos y
baños para damas y caballeros. Otro de los González, Custodio, de profesión
constructor, también Presidente Honorario, fue un gran puntal para estas
concreciones.
Y en esa primera mitad de la década del ’40
es que la Comisión Directiva comienza a sesionar en la sede propia. Casa propia . . . y en el barrio.
|