Un juvenil de sólo 19 años que jugaba en Laureles, luego de tener muy buenas actuaciones con la juvenil de Río Negro fue convocado a vestir la celeste de Uruguay, y en esa vivencia increíble fue Campeón Sudamericano y goleador del torneo, con 4 conquistas. El 6 de mayo de 2017 se cumplen 40 años de aquel título uruguayo juvenil. Luego Amaro continuaría su carrera de futbolista profesional, sin olvidarse nunca de su Laureles. Compartimos aquí la nota publicada por el diario EL PAÍS - 4/5/2017 Por JOSÉ MASTANDREA Cuarenta años. Sí, pasaron cuatro décadas de aquella vuelta olímpica que llegó al Uruguay en blanco y negro y con imágenes poco claras. Se veía sí, la bandera de Uruguay flameando en lo más alto, y un puñado de chiquilines festejando como locos con la Copa en alto y ante miles y miles de compatriotas que lloraban por el campeonato y el exilio. Fue en Caracas. En mayo de 1977, y esa legión de futbolistas continuaba transitando el camino de la gloria que habían marcado sus antecesores. "Era un gran desafío para todos nosotros. Nos tocaba cargar con esa responsabilidad de salir campeones, de lograr lo que otros habían logrado, y había que darle una alegría a la gente", recuerda Víctor Hugo Diogo, capitán Celeste en ese Sudamericano Juvenil de Venezuela. "No me voy a olvidar más de la emoción de la gente, de los uruguayos que estaban allá. Nos hicieron sentir como en casa, fue muy emocionante, y más para uno que llegaba del interior, que nunca había vivido un trabajo de selección. Fue todo muy fuerte", dice Amaro Carlos Nadal, hoy dedicado al campo. Fueron piezas importantes de aquel equipo, pero no las únicas, claro. Sólo dos andamiajes más de esa maquinaria armada por Don Raúl Bentancor y el profesor Esteban Gesto. "Hicimos una preparación notable, no nos faltó nada, entrenamos mucho y bien, y allá, en Valencia primero, y en Caracas después, nos hicieron sentir como en casa. Los hermanos Filomeno y Hamlet Tabárez, estuvieron siempre con nosotros y fueron fundamentales", rememora Fernando Álvez, bi-campeón sudamericano."Era un momento muy difícil para mí en lo personal y para el país todo con la dictadura. Y aquel grupo fue un verdadero oasis. Como Defensor en donde jugaba, fue un campeonato muy especial", recuerda desde Lima, Gerardo Caetano, uno de los delanteros de aquella Celeste ganadora. Hoy se cumplen 40 años. Pero las imágenes y los recuerdos de aquel título, no se borrarán jamás. Al menos, para los campeones. Aquí están:Fernando Álvez, Carlos Maynard (arqueros); José L. Russo, Daniel Enríquez, Hugo De León, Américo Silva, José Hermes Moreira, Eliseo Rivero (defensas); Víctor Hugo Diogo, Víctor Duque, Ariel Krasouski, Mario Saralegui, Ruben Paz, Luis Fleitas (volantes); Amaro Nadal, Gerardo Caetano, Alberto Bica, Venancio Ramos (delanteros). DT: Raúl Bentancor. PF: Esteban Gesto. Bentancor y Gesto, dupla innovadora.Raúl Bentnacor y el profesor Esteban Gesto lograron conformar un dupla excelente. Su trabajo al frente de las selecciones juveniles fue excelente. Bentancor, logró el Campeonato Sudamericano de 1977 y repitió dos años más tarde, en el Sudamericano de Montevideo en 1979. Con la selección juvenil de Uruguay, logró el cuarto puesto en el Mundial de Túnez de 1977 y el tercero en la Copa del Mundo de Japón en 1979. También dirigió a la selección mayor de Uruguay. Gesto, innovó, y logró un cambio sustancial en los entrenamientos. CUATRO VOCES EN EL TÚNEL DEL TIEMPO.Álvez: "el trabajo nos marcó a todos"."Paz y yo éramos los más jóvenes. Yo jugué con 17 años, por eso pudimos jugar el Sudamericano del 79. No nos dimos cuenta de lo que habíamos logrado. Era una obligación, teníamos que ser campeones, no había otra. El trabajo que hicimos con Bentancor y Gesto nos marcó para siempre en nuestras carreras". (F. Álvez). Nadal: "lo que se vivió allá fue increíble".n"Fue una experiencia increíble, y más para los que veníamos del interior. Hubo más de 50 jugadores del interior y no sabíamos entrenar. Yo venía de Laureles de Río Negro y no sabía ni hacer abdominales y nos tocaban hacer turnos triples. En Venezuela fue increíble, muchos exiliados, fue emocionante". (Amaro Nadal). Caetano: "aquel era un grupo bárbaro"."Era un grupo estupendo, con Bentancur y Gesto en la conducción, muy diferentes entre sí pero con una gran complementación. Yo me integré un mes después por una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha, que todavía llevo conmigo pues por entonces no se operaba y llegué gracias a Carlitos Voituret". (Caetano). Diogo: "hacíamos 10 kms. todos los días"."El trabajo de Bentancor y Gesto fue estupendo. Tuvimos una gran preparación. Yo era de los más experientes, ya jugaba en Peñarol, pero en la selección metíamos triple horario, corríamos 10 kilómetros por día por Avenida Italia... volábamos, pero también jugábamos muy bien. Era un gran plantel". (Víctor Diogo). LA CÁBALA.De las cumbias al himno.“Teníamos cábalas, como todo plantel. Una que resultó “mágica” era una serie de cumbias que dirigía en forma muy disciplinada el capitán del equipo, Diogo. Funcionó, hasta que a un militar que presidía la delegación se le ocurrió cambiarla en forma intempestiva en el mundial de Túnez, cuando divisamos la bandera uruguaya y propuso que cantáramos el himno. Yo estaba al lado de Diogo que por lo bajo dijo “¡mufa!”. Esa tarde perdimos por primera vez en partidos oficiales, en aquella semifinal de los penales amañados contra la entonces URSS, que fue campeón”, recuerda Caetano. EL CAMINO.Un título y con invicto.La campaña de Uruguay en el Sudamericano Juvenil de Venezuela comenzó con clásico ante Argentina. Fue empate 1 a 1. Luego, la Celeste venció al local 3-0, igualó con Paraguay 0-0 y venció a Perú 2-1 y logró clasificar a la ronda final. ¡Tres goles en 11 minutos!En la serie final, Uruguay igualó 0-0 con Brasil, ganó 1-0 a Paraguay y goleó a Chile 4-0. Uruguay ganaba 1-0 y faltaban 11’. “Teníamos que ganar por tres goles. ¡Hicimos tres en los últimos minutos! y le sacamos el título a Brasil”, recuerda Álvez. Un crack de solo 15 años.La selección argentina no pudo clasificar a la fase final de ese Campeonato Sudamericano. Sin embargo, tenía en sus filas a un chiquilín de 15 años que “la rompía”: era nada menos que Diego Armando Maradona, jugador de Argentinos Jrs.
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