A los 2 años pasó a residir en Algorta, y a los 12 años se radicó en nuestro Fray Bentos, en calle España casi Ituzaingó, en el corazón mismo del barrio que lleva nuestro nombre.

Ya desde niño su corazón se tiñó de verde y blanco, y comenzó a vestir nuestra gloriosa casaca en Tercera División en el año 1953. Desde allí se vieron sus dotes de excelente puntero; en 1954 juega en Reserva y es citado para la selección de Río Negro.

En el '55 comenzó su carrera en Primera , y lo hizo hasta 1974 en que se retira como futbolista, cargado de glorias, siempre en su querido Laureles, a la sola excepción de 1957 donde durante 6 meses juega en Nacional Capitalino. Como hecho anecdótico y tal vez desconocido por muchos, Tarela fue un gran atleta: allá en 1955 obtuvo el titulo de Campeón Nacional de 100 metros llanos, defendiendo al club Excursionista de esta Ciudad. Vivió la época gloriosa de antes y después de la década del 60.

Campeón en el 57, en el 58, en el 59; también fue Campeón del Litoral, del Interior ,y campeón Internacional ganando la Copa San Isidro de Curuguatí, de tan grato recuerdo para el fútbol uruguayo con su histórico triunfo sobre Paraguay. La hazañosa victoria albiceleste de 1958 ante el campeón del interior de Paraguay significó la "venganza" del fútbol uruguayo, luego de que Paraguay dejara fuera de Suecia 58 a Uruguay.

También fue campeón en 1967 con Laureles, mientras que en la gesta histórica de 1965 una rebelde lesión lo dejó radiado de las canchas. Dio la vuelta Olímpica con los preciados trofeos LA PILETA y VICHADERO, que hoy, para alegría de toda la familia ranera, engalanan nuestras vitrinas. Más tarde fue Técnico de nuestros planteles, junto al siempre recordado y querido Daniel “Chanchín” Roldán. Pero si Leonidas Tarela fue grande en el deporte, tan grande o más aún lo es como persona, como LAURELISTA.

Ha hecho mucho y lo seguirá haciendo por su querido club. Se desempeñó varios años como directivo; fue un ejemplar Tesorero, bajo las presidencias de dos grandes y queridos raneros: Rufino Irigoyen y Washington “René “ Cordatti. Allí actuó con una honradez, una prolijidad, y una transparencia, en un cargo tan difícil. Luego, en otros órdenes, ya sea de albañil (oficio que conoce y se destaca), como asador cuantas veces el club lo necesitó. Cuando el club le pidió una mano para alguna tarea, no sólo dio una, sino que dio las dos y junto a ellas también su corazón . . . Si al fin y al cabo como él dice: "¿ para qué soy de Laureles ?".

Tarela ha estado, está y estará para servir a su querida Institución, y mientras la gran cantera albiverde siga dando hombres como Leonidas, LAURELES no sólo festejará cargado de glorias, de luchas y de sacrificio sus 100 años, sino que mantendrá encendida su antorcha luminosa, llena de amor y esperanza por las tiempos de los tiempos.

Un Ranero de corazón C.I. 3.375.365-0