El pasado 10 de setiembre, en el
marco de los festejos en el mes de nuestro 110° Aniversario, nos visitó y
brindamos homenaje al ex defensor albiverde Baldomero Sanín. Como reconocimiento a su corto
pero muy destacado pasaje por Laureles, en la ocasión dejó marcada su huella en
la denominada “Área de la Fama” del Parque Abbate, junto a otros defensores de
otrora. Ese mismo día, junto a su Señora
esposa Mabel, nos pudieron acompañar en el Almuerzo Aniversario realizado en la
Asociación de Jubilados de Industria y Comercio, lo cual agradecemos
enormemente. Baldomero Sanín jugó en la
Primera de Laureles en los años 1958 y 1959, siendo ambos años Campeón de
Honor. Debutó en nuestro primer equipo
el 20 de abril de 1958, cuando jugaron en el Parque Liebig´s Laureles vs. 18 de
Julio por la final de la Copa “Junta Departamental de Río Negro”, que había
quedado pendiente de jugar del año anterior. Ganó Laureles 2 a 1. Al año siguiente, en 1959,
comenzó a jugar en la cuarta fecha, última de la Primera Rueda, en que ganamos
a 18 de Julio por 3 goles contra 2, con un gol suyo. Este último año jugó 8 partidos,
conquistando un total de 10 goles, en un promedio impresionante. Fue el
goleador de Laureles. En dos partidos marcó 2 goles en cada uno, y en otro 4
(dos en cada tiempo). Entre 1958 y 1959 Baldomero Sanín
jugó 14 partidos oficiales en la Primera de Laureles, sumando 14 anotaciones.
Un verdadero goleador. Escuela Agraria y Figuritas, para luego llegar a Laureles Baldomero Sanín llegó a Fray
Bentos desde Paso Leopoldo (localidad próxima a Young) para estudiar en la
Escuela Agraria. Fue campeón con el cuadro de
Menores de la Escuela Agraria, dirigidos por Jose Roverano. Jugó más adelante unos partidos
en la Liga Intermedia defendiendo a Figuritas, para luego llegar a Laureles
para pelear un puesto como “ariete”. Tuvo otras opciones, pero se le había
metido en la cabeza que quería jugar en Laureles, aunque fuese difícil meterse
en el once. Era complicado ganarse el puesto,
ya que jugaban los notables Yamandú Fiorelli y el “Cholo” Campero en su
posición, pero el director técnico Don Telmo Castillo le dio ánimo para que no
claudicara y esperara el momento. Hasta que el momento llegó, y Baldomero pudo
marcar y gritar sus goles con Laureles. Con sólo 17 años debuta en la
Primera albiverde en el año 1958. La valijita Nos cuenta Baldomero que el
fútbol fue para él una gran pasión. Y que luego que jugaba cada
partido, anotaba en un cuadernito los detalles, la formación, el capitán, los
autores de los goles, todos los datos. Y guardaba ese cuadernito, que
aún conserva, en una valijita, donde también guarda recortes y recuerdos de esa
época de futbolista. Época de grandes jugadores, técnicos y dirigentes Nos cuenta Baldomero Sanín: “Me vinieron al recuerdo que jugué al lado de grandes jugadores como
Luis A. Zabaleta, José L. Pini, Luis M. Balbis, Leonidas TArella, Saul
Castillo, Jose Carranza, el “Pardo” Correa, Yamandú Fiorelli; algunos como el
“Chongo” Campero, “Mascafiero” Centurión, E. Andrejuck, Jose Di Giovanni, G.
Gonzalez, A. Fagundez, H. Piñeiro, J. R. Aguilar y el gran “Quichín” Irigoyen.
Y no me olvido del grandísimo “Tomazo” Sosa. Y dirigentes extraordinarios como Pablo Enrique Abbate, Jose Luis
Peirano, Moloney, Irureta, M. Coccinello, y tantos otros. Que me disculpen si
no me acordé de muchos, pero están todos en mi recuerdo. Y un recuerdo para un D.T. extraordinario como Telmo Castillo.” Casa y comida en un momento difícil Recuerda Baldomero: “Carlitos Vittori (un grande) me dio para
vivir una habitación en su casa el tiempo que trabajé en la Intendencia en Fray
Bentos, sin cobrarme un peso. Eso nunca lo olvido.” La habitación a que hace
referencia Baldomero era al fondo de la casa de Carlitos Vittori, en calle
España, al lado de la sede del Club Pablo Abbate, en pleno barrio Laureles. En
frente vivían (y viven) los Di Giovanni.
Hector “Cacho” Fiorelli también
nos cuenta que en alguna oportunidad, cuando venía a jugar los domingos,
almorzó en su casa, degustando un par de platos de ravioles, que más allá de aplacar
su entusiasmo, hacían acumular más energías al goleador. Y continúa Sanín: “También se me vino el recuerdo del “Vasco” Sanzberro, que tenía un restaurante
donde almorzaba y me cobraba baratísimo. ¡ Cómo me ayudaron ! en ese momento
que fue muy bravo, por la lesión que tuve en mi tobillo derecho. El “Vasco
estaba siempre en la hinchada atrás del arco.” Un viaje bastante sucio Recuerda Baldomero que luego de
jugar algunos partidos en el año 1958, y salir Campeón de Honor con Laureles,
volvió a Paso Leopoldo al haber culminado sus estudios en la Escuela Agraria de
Fray Bentos. Al año siguiente, comenzado el
campeonato de 1959, Laureles no había empezado con buenos resultados, y Sanín
se salía de la vaina con poder venir a jugar, y esperaba lo llamaran o lo
fueran a buscar. Hasta que no aguantó más, y llamó
por teléfono a “Pablito” Abbate, y le preguntó si lo iban a tener en cuenta ese
año, a lo cual inmediatamente “Pablito” le contestó: “Venite el domingo que
jugás”. Y llegó el domingo. Laureles
jugaba contra Nacional, que siempre era un duro rival. Pero resulta que
Baldomero pierde el ómnibus en Young para viajar a Fray Bentos, por lo que tuvo
que dirigirse a las afueras de aquella ciudad, para con suerte conseguir algún
“tiraje”. Hasta que después de un buen
tiempo para un camión cargado de ganado, que venía para el frigorífico Anglo.
El camionero paró, y le dijo a Sanín: “Lo puedo llevar. . . lo único que va a
tener que ir atrás con los animales . . . “ Y no habiendo otra alternativa,
Baldomero vino a Fray Bentos junto a aquellas vacas, tratando de esquivar y
ensuciarse lo menos posible cuando hacían sus necesidades fisiológicas . . . Lo cierto es que ya llegando a
Fray Bentos, y cerca del destino final que era el Parque Liebig´s, Sanín ya
sintió el bullicio de la hinchada, y se dio cuenta ya era tarde: el partido ya
había empezado. Llegó, con toda la ropa sucia, y
Abbate lo recibe bastante molesto, porque lo habían esperado hasta último
momento. Baldomero no tuvo más remedio que
mirar el partido de afuera, al lado de la hinchada de Laureles. Finalizado el partido, con
derrota albiverde, se dirigió Sanín hacia los vestuarios, a acompañar a sus
compañeros. Abbate se disculpó con él, y le entregó una medalla de Campeones de
1958, que no le habían podido entregar antes. Y “Nenucho” Balbis, que era un
referente del equipo, le dice a Baldomero con vos de mando: “Botija: yo no sé
por qué no llegaste a jugar hoy, pero el domingo que viene vas a jugar, y si
hay un penal lo pateás vos”. Al domingo siguiente Baldomero
llegó a tiempo, y Laureles derrotó a 18 de Julio en el Parque Liebig´s 3 a 1,
con un gol suyo de penal. Contra Anglo en el ‘59 El 27 de setiembre de 1959,
jugaron Anglo y Laureles en el Liebig´s, con Arbitraje de Artigas Almirón, por
la segunda fecha de la Tercera Rueda. Y Baldomero Sanín recuerda de ese
partido: “Jugando contra Anglo en 1959, Anglo iba ganando 2 a 1 y sobre el final
Zabaleta entra al área a pura guapeza y convierte el 2 a 2. Y enseguida en la hora se lleva a puro corazón la pelota (le pegan una
trompada en la cara y sangra como loco por la nariz) y me la da sobre la línea
del corner del lado izquierdo. Le pego de sobre pique con el empeine zurdo de
afuera y hago un golazo que fue memorable. Corro para festejarlo y me abrazo en el tejido con la “terrible”
hinchada laurelina que era un solo alarido, y en esa hinchada el “Vasco” Sanzberro
me abraza tan fuerte que quedamos enredados en el púa sobre el tejido. Se
lastimó muchísimo, y a mí me quedó un pedazo de esa camiseta blanca en la mano,
que la guardé en la “valijita” donde tenía recuerdos más preciados de mi
actuación en fútbol, que fue una pasión en mi vida. El domingo siguiente le ganamos 7 a 0 a Nacional, donde hago los
primeros 4 goles, y salimos campeones faltando una fecha. Fuimos a pie con la
hinchada hasta la sede . . . ¡ Qué festejo Dios mío ! . . . “ Todos invitados a Paso Leopoldo Luego de logrado el Campeonato de
Honor de 1959, quedaba cumplir con una invitación que había hecho Don Valentín
Sanín, padre de Baldomero: “Si salen campeones, los invito con un asado en Paso
Leopoldo”. Paso Leopoldo es una localidad
ubicada en el departamento de Río Negro, a unos pocos kilómetros de Young y
Menafra. Y allá partió la delegación de
los campeones, en octubre de aquel 1959. Cuentan las actas del club que “se concurrió a Paso de Leopoldo, de donde
se regresó con la satisfacción de haber compartido de un día inolvidable con el
buen amigo de nuestro Club Don Valentín Sanín y flia., y vecinos de la zona,
que nos agasajaron con un asado a la criolla. Se jugó un partido donde nuestro
equipo venció por 7 goles a 3”
Formaron parte de aquella
delegación: Eduardo Andrejuck, Jose Di Giovanni, Gualberto González, Gabino
González, Ariel Fagundez, Luis A. Zabaleta, Nicolás Centurión, Ernesto Di
Pascua, Leonidas Tarella, Heriberto Piñeiro, Rufino Irigoyen, Tomás Sosa, Saúl
Castillo, Edison Martínez, Jose Ayala, Telmo Castillo (Director Técnico),
Andrés Roverano (masajista), Guillermo Roverano (equipier). Además del
Presidente Pablo Enrique Abbate, y los dirigentes Jose Luis Peirano, Luis A.
Iglesias, Mario Coccinello, Elbio Mazzilli y el colaborador Adán Zecca. Lindos recuerdos, de un gran goleador, que guarda aún hoy un gran cariño hacia el Laureles F.C.
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