Recuerda que no se decidía a hacerlo, pero la insistencia de un montón de amigos y sobre todo el impulso final se lo dio su hermano José (aquel querido ranero de corazón, que por su manera especial de ser, por su amabilidad, por su sentido de la amistad, por su optimismo nos dejó un gran recuerdo en su paso por la vida, un ejemplo a seguir y a quién recordamos permanentemente). Ese año se da un caso, creo que único en la Historia de nuestro Club, una puja electoral entre una Lista que encabezaba aquel extraordinario Laurelista que fuera Jorge Gualberto Locatelli, y otra liderada por otro ranero de excepción, Milton Humberto Azurica, formada esencialmente por jóvenes.
René entra por la minoría, y de allí en adelante continua integrando la Comisión Directiva durante 12 años. Nos cuenta que ese año, con la puja electoral y la demora en hacerse la asamblea, asumieron casi al empezar el campeonato. No tenían pensado ni siquiera el técnico que dirigiría los planteles.
Es cuando José Pedro Oliver, les recomienda a Tomás Monfort, hablan con él, enseguida Tomasito empieza su trabajo, y ese año luego de 19 en que no obteníamos un campeonato, Laureles sale campeón de Honor en magnifica campaña. De allí en adelante René se afianza en la Comisión, la cual integra durante 12 años consecutivos. Es cuando se comienzan a notar sus dotes de gran dirigente, una inteligencia a toda prueba, una capacidad, una entrega, un entusiasmo y unas ganas de hacer poco común, lo llevan a que sea durante 4 años Presidente de la Institución; y no siguió en el cargo porque los estatutos no lo permiten, pero fue una ayuda grande para Presidentes que le sucedieron.
Durante su gestión en Comisión Directiva Laureles conquista otros campeonatos de Honor, en 1989, en que René sugiere la contratación de un excelente técnico y mejor persona, que es Luis Alberto Di Pascua y 1996 con la conducción de Miguel Cerrilla, “El Gran Capitán”. Durante su presidencia se realizan obras y adquisiciones por demás importantes como la construcción en Sede Social de baños nuevos, la construcción del hermoso salón multiuso con capacidad para más de 100 personas cómodamente sentadas (obra encomendada al arquitecto Osvaldo Ferreira), la adquisición de 30 mesas y 120 sillas de caños de metal y cármica que actualmente cubren las necesidades totales de dicho salón.
También se llevó a cabo la compra del hermoso terreno al fondo de nuestra sede, de aproximadamente 900 metros cuadrados con piso de hormigón. En su mandato se efectuó la alambrada olímpica de nuestra cancha, donde nos hace notar que contó con la invalorable colaboración de Evelio Cayrús y Heriberto Sosa. Nos dice de un hecho que no recordábamos, el salón multiuso se pudo realizar, gracias al dinero obtenido por el pase del “Peje” Pelletti, dinero que se pudo obtener tras un litigio con Wanderers Capitalino. René se pone melancólico cuando nos habla de grandes compañeros de Comisión Directiva que mucho, muchísimo lo apoyaron y le vemos brotar un par de lágrimas cuando nombra a Daniel “Chanchín” Roldán (que en su presidencia fuera excelente cónsul en Montevideo), al querido “Chichilo” Mazzilli . También tiene palabras de elogio para el “Turco” Miguel De Souza, el “Gringo” Daniel Sapka, a Nelson “Oso” Figún, Ruben Sicco , y muchos más. Después de esta gran gestión dentro de Comisión Directiva, se retiro en 1998 de ella. Incursionó en Política, fue candidato a Intendente, actualmente es Edil Departamental, y también lo fue en periodos anteriores. Tiene además profundas convicciones religiosas que le llevan su tiempo conjuntamente con su actividad de Comerciante. René colabora permanentemente de una forma u otra con su club, frecuenta diariamente nuestra Sede, contagiándonos con la alegría de sus chistes y sus bromas.
A nuestra pregunta de si volverá nuevamente a integrar la Comisión Directiva, le brillan los ojos, esboza una pequeña sonrisa, ganas no le faltan y estamos seguros que a breve plazo nuestro querido Club lo contará como dirigente, volcando en él, toda su capacidad de trabajo, su optimismo, su inteligencia, su pujanza, y su experiencia, y fundamentalmente contagiando, ese optimismo, esa alegría que permanentemente están en él. Se vienen nuestros 100 años, y seguiremos siempre adelante porque con la gente que tenemos, con René y con otros como él, Laureles será cada vez más glorioso y pronto ya no diremos que cumplimos 100 años, sino que vamos con pujanza, con fe y con optimismo rumbo a los 200.
Un Ranero de corazón C.I. 3.375.365-0 |